lunes, 27 de mayo de 2013

El sacaleches is my friend y el biberón, my very best

Durante el embarazo, lo tenía claro: yo daría el pecho.

Mis hermanas lo hicieron con sus hijos. Todas las amigas con bebés, también. Lo encontraba práctico, cómodo, tierno, estupendo, barato, todo... 

Tengo un escote adecuado y estaba convencida de que me iría estupendo. Incluso empece a tener un poco de leche en el último mes y medio del  embarazo.

Busqué un par de camisetas de lactancia, me compré sujetadores (sólo dos, esperaba encontrar una solución mejor porque los encuentro horribles), ya estaba todo listo.

LabebédePucca nació, fue un parto rápido y muy bueno; nada más nacer, me la dieron y yo la intenté poner al pecho, no se cogió. Se la llevaron durante media hora porque en el hospital privado donde di a luz, ése era el protocolo. Nos la trajeron a la habitación, llamadas, felicitaciones, whatsapps... Y yo la volví a poner, lo tenemos grabado.

Dormí con ella en la cama, le intenté dar en diversas ocasiones. Al día siguiente por la mañana, más. Me dolían los puntos y estaba un poco agobiada, pero allá íbamos. Llegaron mis suegros, me sentí un poco incómoda, pero seguí adelante. La cosa es que la niña se cogía un instante y lloraba.

Finalmente apareció una enfermera que me dijo que tenía los pezones planos y me dio unas pezoneras, ni así. Me dijo que debía tirarme leche de biberón por encima del pecho para que la niña se enganchara, tampoco. Me subió la leche el segundo día. Mamaba algo.

Pese a todo, laBebédePucca salió con 150 gramos menos del hospital (nació en jueves con 3,100 kg y nos dieron el alta el domingo con 2,950 kg).

Llegamos a casa, yo estaba agotada, agobiada y deprimida por mis planos pezones. Una amiga de visita nos dijo que probáramos con un sacaleches. Así que, ese mismo dia y sin pensarlo, Pucca, elPapádelaBebédePucca y yo nos fuimos a una farmacia de guardia (eran las ocho de la tarde de un lluvioso domingo) y compramos el primero que vi (Medela Harmony, menos mal).

Me empecé a sacar leche y a estimular los pezones. Daba el pecho y complementaba con el biberón Calma que incluía el kit...



Con 10 días de bebé, nos fuimos a Barcelona en coche con mis padres a que la conociera allí el resto de la familia. Durante el trayecto, yo me fui sacando leche, para poder darle siempre que quisiera y no hiciera falta parar tanto (con lo lentos que son al pecho al principio). 

Seguí con esta técnica, pero no acababa de mejorar. Mi pecho empezó a ponerse muy mal. La niña tardaba muchísimo en mamar y me hacía mucho daño. Se enganchaba mal y cuando lo lograba, me mordía, tenía la sensación de que me masticaba. También le costaba desengancharse, parecía que se peleaba. Tenía heridas, cuando la separaba del pecho, había saliva con sangre. Al final, tenía incluso algo de pus.

Fui a un pediatra que me dijo que tenía que esforzarme más, la ginecóloga me recomendó Crema de Caléndula, una prima me dijo que Purelan, la matrona que comprara Bactroban... Todo lo hice, pero al ver pus en el pecho y no poder dormir por las noches de desesperación, decidí darme una tregua. Adquirimos un segundo sacaleches, Medela Swing.



El plan era sacarme leche y alimentarla así con el biberón hasta que se curasen los pezones y volver a empezar. Me despertaba antes que ella, me sacaba leche durante una hora; otra vez, a mediodía, por la tarde y una hora más de noche. En ese intervalo, me leí Un regalo para toda la vida y Bésame mucho de Carlos Gonzalez. 

Antes de volver a introducir el pecho, fui a una asesora de lactancia (¡gracias!) de http://www.amamantarasturias.org/ porque pensaba que no tenia buena técnica o postura. Allí tuve una revelación, laBebédePucca tenía submucoso o frenillo sublingual corto tipo IV. La lengua está pegada al paladar de abajo y no puede hacer los movimientos adecuados.

Esa era la explicación a la mayoría de nuestros problemas: no podía hacer el movimiento con la lengua y para sacar la leche, apretaba con las encías; son bebés ansiosos porque no consiguen comer bien; no pueden vaciar el pecho; tienen más gases por su forma de comer; pierde peso; etc. La solución era una intervención quirúrgica que se podía hacer en Barcelona o en Madrid; yo escogí la primera opción por motivos lógicos. 

Estas criaturas tienen más posibilidades de hablar mal en el futuro ya que la lengua no puede colocarse en todas las posiciones, también suelen tener que llevar ortodoncia.

Se lo hizo el doctor Alberto Montaner en la Dexeus (entró por la mutua) unos días antes de los dos meses, pero laBebédePucca ya no quiso coger pecho. Lo intenté en varias ocasiones, pero se estresaba y lloraba mucho. Continué dándole mi leche en biberón hasta los dos meses y medio cuando ya no pude más del maldito trasto, me di por vencida con la lactancia materna y me abracé a la leche artificial.

Lo pasé muy mal en todo el proceso, lloré mucho. Me sentía mala madre. Creía que era una floja por no haber podido aguantar el dolor, por no haber ido antes a un asesor, por no haber viajado inmediatamente a Barcelona (esperé quince días porque ya tenía un billete comprado).

Al final, concluí (y estoy convencida) que da igual con qué leche alimentes a tu bebé, lo que necesitan es una mamá tranquila y feliz que juegue con ellos, los lleve en brazos, les dé cariño y muchos besitos.

2 comentarios:

  1. Luci, mi hijo tampoco se enganchó y pase un calvario parecido al tuyo, sacaleches, noches insomnes, llantos mios, del niño, etc...Y mira que hermoso y grande esta ya criado a biberon. Sin embargo Elena que es mas paciente y tranquila se cogió al pecho desde el minuto uno. Y yo no hice nada diferente de como lo hice con el niño. Dar biberon es una opcion tan válida como dar el pecho. Nuestra matrona decía que lo que las madres decidamos esta bien decidido y que seguro es lo mejor para nuetros bebes.
    :) Besos!!!!!

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    Respuestas
    1. Yo opté para estar tranquila y feliz para que también lo pudiera estar la niña. Muchos besos.

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