Ésta es una de las muchas cosas que nos decía mi abuela, la Yaya, sobre la ciudad.
Hoy es el día de la Mercè, patrona de Barcelona, y me parece que este año no va a llover. Pero pasa muy a menudo: alguno de los días de las fiestas de la ciudad, llueve.
Es el inicio del otoño y toca llover, pero a mí me gusta más pensar que es una tradición, que la
niñasanta echa de menos que la ciudad la celebre más a ella y menos a la advenediza.
Recuerdo no poder ir a ver a
La Unión de adolescente por la lluvia y que sí tocaran; o escuchar a
Facto delaFé y las flores azules bajo la lluvia en la plaça Reial. El año 2011 también nos llovió mucho y el año pasado tuve uno de mis mejores grandes momentos:
El año pasado yo ya llevaba a laBebé inserta dentro de mí y teníamos una
boda. ElPapá venía para tan feliz acontecimiento y yo le compré los billetes de avión para tal efecto. El enlace era el sábado 22 de septiembre y el lunes sería festivo en Barcelona (pero no para mí que yo ya trabajaba en Castelldefels); así que el 24 por la mañana, nos despertamos a las cinco de la mañana para ir al aeropuerto, yo luego volvería a casa, dormiría un rato y me iría a trabajar.
Le dejé en el aeropuerto y, cuando estaba a punto de aparcar, me llamó elPapá: el billete comprado era para ayer (el domingo 23), así que volví a recogerle, buscamos otro vuelo sin éxito y volvimos a casa. Allí le dejé y me fui a trabajar. A mediodía volví a buscarle para comer con él y llevarlo de nuevo al aeropuerto donde cogería otro avión por la tarde...
Desastres aéreos semejantes tenemos unos cuantos. Debió ser la
broma de la
joven Laia de ese año. Este