lunes, 24 de marzo de 2014

Mi perro (Pucca y Peggy): las paradojas.

Hace unos días una amiga me colgó en Facebook este enlace: http://avanceintermitente.com/2013/08/07/mi-perro-la-paradoja/ Es una tira cómica del autor de "Cómo saber si tu gato planea matarte" que compramos hace unos meses porque yo tengo verdaderas sospechas.

Me encanta esta tira. Lo compartí y tuvo éxito, hoy quiero hacer la versión comentada:

Yo tomaré a mis dos amadas experiencias perrunas como referencia.


Las dos odian el baño y el agua. Aún no he tenido un perro que le guste nadar (aunque los haya). Pucca
también ladraba al timbre, basureros, policías, personas de color, con casco de moto, bastón, paraguas... Peggy sólo ladra a perro que estén nerviosos (con Pucca se habría quedado afónica de tanto reñir).

Pucca intentó enfrentarse a jabalíes, vacas y demás fauna salvaje. Las dos mantienen un cordial respeto a Núvol (cada una a su manera).

En nuestro caso, vagina. La lamen con ilusión (al menos) una vez al día. Eso sí, Peggy no te lame luego. Bueno, de Pucca hay alguna anécdota sobre su afán ensuciador...

Pucca era más de la primera viñeta y Peggy es más propensa a la segunda.

Peggy ya llegó esterilizada. A Pucca la llevamos nosotros. Ninguna ha vuelto a mostrar interés por machos. Eso sí, Pucca llegó a casa en celo y sólo le gustaban los perros con pinta de macarra.

Nunca lo había pensado así, pero la reacción es completamente cierta.

Cacas propias, no. Pero sí las he visto hacerlo con vómito (propio y ajeno). ¡Aquí no se desperdicia nada!

Ni fruta, ni verdura, ni nada que se le parezca.

Peggy debe pensar lo mismo, por eso intenta evitar que se lo huelan a ella.

¡Qué gran verdad! La imprudencia perruna...

Volver a casa, siempre es como si hubieses ido a dar la vuelta al mundo a pie. Un gran recibimiento. Bonito, pero agobiante a la vez.

Jajajajajajaja. Aunque estoy segura que algún nombre se han sabido...

Mueren pronto para no hacerse insoportables al madurar. A veces, mueren, aún más (demasiado) jóvenes.

¡Me ha encantado esta viñeta! Yo creía que era la única imbécil que había sacado a su perra de madrugada pensando que le pasaba algo y el animal, simplemente, se había dado una agradable vuelta.

Es fantástico ir con un perro a alguna extensión de hierba de más de cien metros, se vuelven locos de alegría.

Siempre de buen humor, siempre contentos, siempre entregados. Se merecen que los cuides bien porque ellos lo hacen contigo.

Yo se lo dedico a Peggy y a Pucca.

4 comentarios:

¡Me encanta leer comentarios!

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...