Os cuento...
El sábado por la tarde fui con una amiga al mismo centro cívico donde se había celebrado la boda, es muy chil friendly. Ya me coloqué junto a la fuente porque a la niña le gusta mucho poner sus manos en remojo. A ver si se va a caer. Jajaja.
Miamigagemela fue a buscar los cafés y volvió con ellos. Mientras yo abría el sobre de azúcar, mi querida hija corrió a remojar sus manos al otro extremo de la fuente. "Para caer más lejos" dije yo...
¡CHOF! Así, tal cual. Resbaló, metió la cabeza y dio la voltereta para quedar boca arriba y cubierta por el
agua. Yo corrí a sacarla.
-Ponla bocabajo. -Me recomendaron. Fue un susto y yo me puse a reír.
La desnudamos, ella empezó a saludar al público que nos observaba entre admirado y estupefacto, le puse pañal limpio y seco y el chubasquero de la foto. Ella decidió aplaudirse.
Como hacía Sol, me tomé el café de un sorbo, no era cuestión de perder la tarde y la consumición... Después nos volvimos a casa.
La pena fue no darme cuenta que en la funda de pañales llevaba una muda completa (la que llevaba por si acaso para el avión).
A mí me extraña que todavía no me haya pasado con Peque, con lo que le gusta el agua.
ResponderEliminarEsperemos que no os pase. Y si pasa, pues nada. Una anécdota más...
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