martes, 11 de junio de 2013

De pediatras

LaBebédePucca ha visto diez pediatras: una al día siguiente de nacer, otro también en el hospital a los tres días; a los doce días, uno cubano en Barcelona; a los diecinueve días, en Gijón, la que es la fija; a los dos meses, en Barcelona, al que la operó del submucoso y otra que le gustaba a mi hermana; también una de una consulta cerca de casa, cuando tuvo la primera (y única) fiebre, y el de Urgencias en el hospital por la misma fiebre; por último, la conocida como Mamá Pediatra; y uno de la Seguridad Social para que la vacunara porque, en Asturias, las vacunas no te las pone el médico de la mutua...



No los había contado hasta ahora y acabo de alucinar, realmente es sorprendente. ¿Y por qué? ¿Qué pasa? Pues que me cuesta escoger. En Barcelona me gustan los pediatras que encuentro, pero ¿y en Gijón? Necesito alguien para hacer las revisiones y si se pone enferma...

La niña está apuntada conmigo a DKV por MUFACE por lo que vamos a lo privado. Yo llamé al hospital de referencia en Gijón y me asignaron una pediatra. Fuimos a la primera visita elPapá, laBebé y yo como familia unida y primeriza que somos. La miró, todo ok. Y, cuando la íbamos a vestir, nos pidió que lo hiciéramos fuera, que había gente y tenía prisa. Así que sacamos a la niña en pañal al pasillo y a encontrar un cambiador en una sala oscura donde la pudimos vestir. Nos dijo que volviéramos para los dos meses. Era febrero.

La llevé yo sola para la revisión de los dos meses, que era cuando el jaleo del submucoso, se lo expliqué y ok. Que ella no la vacunaría hasta los dos meses (quedaban días y yo me iba a Barcelona) y listos. Que la vistiese fuera. Era marzo.

A los tres meses volvimos. Fui la primera en ser atendida, no había nadie esperando. Preguntó si podía tener conjuntivitis, yo me asusté y pasé días mirándole los ojos con paranoia. Que todo bien. Que la vistiera fuera, lo hice. Era abril.

Ahí ya me mosqueé. ¿Por qué siempre tenía que vestir a la niña fuera? El resto de padres sacaban a sus
hijos vestidos y, además, ninguno de los otros pediatras me lo pedía. Escribí a la clínica sugiriendo que quizá la pediatra tenía demasiadas visitas programadas y que tenía que atender con prisa. No recibí respuesta. 

Llegó la revisión de los cuatro meses. Yo ya lo tenía claro, mi niña no salía sin vestir. Llegué y fui la primera, nadie esperando. La niña sigue correcta. Ella no la puede vacunar, que vaya a la Seguridad Social y que la vista fuera. No. Sonreí y dije que no tardaba nada y que la vestía dentro; me dijo que se le atrasaban las visitas; yo, que no quería que la niña cogiera frío; ella que la sacara con la manta; yo seguí a lo mío. Ya había terminado. Ella empujó el carro hacia fuera de la consulta, yo salí victoriosa.

Empezando por lo básico: ¿tanto problema es que yo vista a la niña? ¿Puedo tardar un minuto y medio en hacerlo? ¿Es mucha espera? Sobre todo si es invierno y llevo una bebé recién nacida.

No es sólo eso, me da la sensación que no me escucha, la comunicación no fluye y es un referente muy importante para la crianza de mi hija. No me da explicaciones sobre cosas que pregunto. Ya pasará o es de nacimiento. Es que eso yo no lo sé, soy primeriza.

Lo sé: debo cambiar de pediatra. Quiero que la niña vaya a la Seguridad Social (no va porque la tiene que dar de alta su padre, yo no puedo).

Por ahora, la revisión de los cinco meses se la hará en Barcelona que estaremos allí y para los seis, espero que haya suerte y que la pueda vestir dentro.

Este pediatra me interesa



Las imágenes son de Google...

1 comentario:

  1. Vaya borde. Pues creo que yo no habría repetido, la verdad, sobre todo si los demás los sacan vestidos.

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