lunes, 21 de abril de 2014

Viajar con laBebé u otras formas de morir en vida

Ya no sé si soy optimista o mentirosa. Me explico, cuando me dicen:
-¿Qué tal viaja la niña? -Yo contesto:
-Bien, perfectamente. -

MENTIRA. Como muestra el último vuelo:

  1. Tras unas vacaciones estupendas y familares en Catalunya, llegamos al aeropuerto de Barcelona laBebé, suÀvia y yo. Había una cola ínfame y nos tocó la azafata de tierra más lenta de la historia. Genial. 
  2. Además, en el mostrador de al lado, estaba la señora que me denegó el embarque estando embarazada. Buenos recuerdos, más genial. 
  3. Me llega el turno y pregunto si puedo facturar mi equipaje de mano gratis (eso facilita MUCHO mi vida, la última vez, en Barcelona, no me lo permitieron). Sí, pero no puede pesar más de 10 kilos, pesa 12. Genialísimo.
  4. Saco los exámenes (sin corregir) que también han venido de vacaciones. Los coloco en la cesta inferior de la silla de paseo de laBebé. 11,8. No es suficiente. Abro maleta y debo sacar mis Converse. Requetegenial. 
  5. Mi madre, laBebé y yo nos encaminamos al Control de Seguridad. En este aeropuerto pasas por una puerta distinta con el escáner más grande. Desarmo la infraestructura, lo coloco en una bandeja. Saco el iPad, el biberón, mi móvil, la mochila, etc. Pliego la silla. Paso yo. Recojo mis cosas, reorganizo mi staff de madre desesperada y salgo a buscar a la niña (hay que hacerlo así). Se la cojo a mi madre (que me ha acompañado hasta aquí para hacer esta tarea), le doy un beso y vuelvo a pasar el arco. Genialmente cansado.
  6. La de seguridad me pregunta que dónde voy, flipo, que no me ha visto pasar antes y que qué pretendo. Yo alucino. Le hago saber que ya he pasado (ahora mismo), dice que no me ha visto; yo le indico que esas de ahí son mis cosas, por supuesto he pasado frente a ella aunque estaba charlando. Le pregunta a su compi, que tampoco se había percatado de mi presencia, debo ser transparente. Menos mal que el hombre del escáner sí me ha visto y confirma que no soy una alucinación y que mis cosas no están ahí por arte de magia. Hago un genialtuit para quejarme.
  7. Recorro la terminal hasta mi puerta. Aún queda un poco para embarcar y la niña duerme. Me dispongo a tomar un café. Lo pido con leche fría, me la dan ardiendo. Genialgracias.
  8. Vuelvo a mi puerta y ya están embarcando. Me cuelo como buena madre con bebé. En la puerta la niña se despierta. Yo saco las chaquetas de las dos, su mochila y a la niña de la silla. Nadie ofrece ayuda, ¿para qué? Dejo a laBebé tambaleante en el suelo, busco miradas cómplices de auxilio a quien pedir que la aguanten. Los pasajeros avanzan con mucha prisa por hacer cola en el pasillo. Pliego la silla, cojo las cosas y entro en el avión. Un paso más hacia la genialidad.
  9. Llego a mi asiento en la fila 25. Ventana. ¡Yupi! Menos espacio y dificultad de movimientos. Además de lenta, poco lista. Ya no tengo ánimos para geniales.
  10. Delante va otra bebé de dos años, interacciona con nosotras, yo le hablo. Su padre le riñe, discute con su madre. La niña se gira a jugar. Sus padres se pelean más. Todo muy agrdable y distendido.
  11. LaBebé llora al despegar, se aburre, tiene sueño, no quiere comer y se me ha caído el biberón debajo del asiento y no lo alcanzo.
  12. Pasamos el rato con el iPad y la aplicación musical para ingleses sordos (un día tengo que escribir sobre ella). 
  13. Se ha hecho caca, vamos a cambiarla. En el baño se niega a estirarse, así que entre llantos me dispongo a limpiarla estando ella de pie, aprovecha para hacerse pipí. Pantalón empapado. Justo hoy. Siempre he llevado una muda que no uso, así que esta vez me la ahorré. La saco en camiseta y muslos al viento.
  14. Envuelta en su mantita, quejándose y con una madre desesperada, aterrizamos. Al bajar del avión con la espalda destrozada y los brazos doloridos, una familia perfectamente apta para usar las escaleras, ha invadido el único ascensor. Yo bajo a pie.
  15. Junto a la cinta, me espera elPapá. Le entrego a la niña al borde del colapso. La de seguridad le dice que si ya tiene a la niña, que salga. Así que soy yo quien recoge la maleta y silla. Al llegar al coche, elPapá tras sus días de vacaciones de Rodríguez me informa que no hay comida en casa. NADA. Iremos al Burger King.
Así que esta es la verdad, sin parches. Si algún día me veis llorar en un aeropuerto, no es de pena ni alegría. Es por esto.

EL avión saliendo de Barcelona y llegando a Asturias. Nunca hago fotos, pero este vuelo era para recordar...



4 comentarios:

  1. Uff, me he estresado sólo de leerte! Lo peor es que...si alguien se hubiera ofrecido a echarte una mano en algún momento, algo de civismo, educación...esas cosas que parecen brillar por su ausencia..la experiencia quizás habría sido de otra forma...
    Cuentos de amatxu

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    1. ¡Ay! Me ofreció ayuda mi compi de asiento al bajar, pero le dije que no. Así practicaba mi heroicidad hasta el final. Un besote.

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  2. Este post se lo tengo que ocultar al papá de la bichilla porque si no no voy a volver a salir de vacaciones familiares en la vida.

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    1. Nooo. Es un post para que no te pillen desprevenida los "imprevistos", si se va con papá, es más fácil... Un beso.

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¡Me encanta leer comentarios!

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