lunes, 26 de agosto de 2013

La verdad de Núvol: ausencias

El pasado 2 de julio empezó una serie de artículos que vienen a contradecir el estilo alegre-divertido que intenta tener este blog. El autor es Núvol y siempre están escritos desde el odio más sincero y honesto.


MiEsclava llegó una noche muy cansada. Me dio de cenar. También venía una simpática pareja. 

ElqueNOsedejaARAÑAR llegó después con laBebé. 

Ella estaba triste. Salió un momento y volvió sola. Más triste...


Todos estaban serios. Al día siguiente se despertaron tarde, MiEsclava se había despertado de noche y había mirado el sofá vacío. 

Se sentó en la cocina con eliPadquealgundíaromperé. Escribió. Lloró y se volvió a acostar.


Por la mañana, me dio de desayunar más tarde de lo habitual.

Llamaba por teléfono y lloraba. Recogía y lloraba. Fueron a pasar el día fuera. 

Extrañamente, no me dieron de comer a las ocho en punto. Sino, cuando me acordé de pedirlo.

Miré mi arenero, extrañado fui a reclamar su limpieza. Entonces me di cuenta. Ausencia y calma.

Habían recogido sus cosas. El comedero, la cama, la alfombra, sus juguetes, las correas. 

MiEsclava seguía llorando a ratos.

Yo noté que nadie me perseguía. Nadie reclamaba comida para los dos. Nadie subía al sofá cuando los humanos duermen. 

LaPerra no está. Ahora no sé hacia quién canalizar mi odio. Intentaron ser más cariñosos conmigo, pero yo paso.

Noto su ausencia. Incluso, debo confesar, que la echo mucho de menos.



3 comentarios:

  1. Vanessa de Mamás en apuros27 de agosto de 2013, 9:58

    Precioso post!!!!!! Tu gatito me recuerda a mi Blanqui, que también se fue al cielo...

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  2. ¿Tendremos que pensar que tiene un corazoncito??

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