lunes, 5 de agosto de 2013

Los perros no vienen de perrolandia, pero espero que vayan allí al morirse

ESTE ARTÍCULO LO ESCRIBÍ A FINALES DE JULIO Y LO PROGRAMÉ PARA EL PRIMER LUNES DE AGOSTO. 


LO HE EDITADO Y ACTUALIZADO





Vivo en un piso (ahora grande); antes, mediano-pequeño.

Tenía una perra y tengo un gato. Los dos adoptados.

Una bebé y un marido. A ellos no los adopté...


En el caso de Núvol, él es recogido de una cuadra en la que vivía junto a una vaca y su ternero. Le quedaban pocos días de poder estar allí; la madre ya salía a cazar y pronto habría tenido otra camada y lo habría echado de su cuidado y de su territorio. Él no pidió ser recogido, domesticado y mimado. En su situación campestre habría podido vivir un tiempo con sus más y sus menos: peleas, hambre, lluvia, caza, comida. Lo que es una vida de gato de pueblo... A veces, pienso en si hubiese sido más feliz de la otra forma, quiero creer que no.

Pucca es distinto. No se sabe de dónde salió. La encontraron en un restaurante (junto a un bosque) de Santa Eulàlia de Ronçana al que iba a pedir comida o robarla de la basura (costumbre que no ha perdido). Al verla un par de días, llamaron a la policía que avisó a la Protectora de la zona; de allí, a un piso de acogida durante pocos días; y, después, a nuestra casa para siempre.

Apareció con el mismo tamaño que ahora y siendo joven. Al ser de caza, se supone que la debieron llevar, no sirvió y no la recogieron. O se escapó y nunca la buscaron. Le daban miedo los petardos (ladraba), los señores con bastón (ladraba), pero nunca había mordido a nadie ni lo intentado.

Si no la hubiésemos recogido, habría seguido en la Protectora; y, aunque no era su caso, la mayoría viven en jaulas. A la intemperie: frío, calor y lluvia. Ladridos, estrés, pocos paseos. Y no critico a las perreras, me parece que hacen una labor encomiable con lo que tienen. Pero, no nos engañemos: no están en perrolandia.

Me hace gracia cuando la gente veía a Pucca y me decía: "Pobre, vive en un piso. Yo tendría perro, pero si tuviera una casa con jardín". Yo solía contestar: "Ya, pero mejor un piso que una jaula, ¿no?" Ante eso no tienen respuesta.

"Los perros en los pueblos son felices" es otra expresión utilizada. Eso está claro, pero sigue sin ser perrolandia. Muchos viven atados y salen poco; la mayoría hace una tarea, no son mascotas, son animales de trabajo.

 Hay quien tiene jardín y, allí, perro(s); muchos de esos no salen nunca, "como ya hay terreno". Enloquecen, tienen estereotipias, rutas marcadas, ladran, saltan hacia las verjas...

¿Y qué pasa con los cachorros de las tiendas? Pues eso no lo sé, pero lo sospecho. ¿Qué se hace con los perritos que no se venden? Porque los habrá; se crían y ofertan muchos, no se compran bajo encargo. Ya no se venden si son de un tamaño más grande, algunos se ofrecen más baratos, pero tampoco mucho porque perderían valor los más jóvenes...

¿Qué se hace en los criaderos con los que no salen perfectos? Pues eso. Una vida muy dura o la ausencia de ella.


Yo no digo que Pucca viviera en el paraíso, pero tuvo una buena vida de perro. Se la cuidaba, se la educaba, comía, bebía, recibía mimos y descansaba; y paseaba, paseaba mucho. Todo de lo que soy capaz. La llevábamos a todas partes. De tiendas, a bares, a la compra, de paseo, a casas de amigos (pidiendo permiso). Va a todos los sitios que podía y siempre con un cuidado específico hacia ella.

Pero tener un perro cuesta, mucho. No es fácil. Es bonito, pero duro. Me encantó el artículo que Pérez Reverte escribió esta Navidad pasada. Ahora llegan las vacaciones y, con ellas, los grandes abandonos. Yo siempre pienso, ¿qué le dices a la gente? ¿Los vecinos no preguntan por el perro? ¿No te habían visto pasearlo? ¿¿¿Qué se dice??? Supongo que la respuesta es que murió o enfermó...

Cuando alguien me pregunta sobre tener un perro, sobre todo familias con niños. Yo lo tengo claro, sólo se lo debe tener si, al menos, uno de los adultos de la casa, lo quiere. Porque el animal va a ser de él; no podemos dar una responsabilidad tan inmensa a los hijos. Si un adulto lo quiere, tenedlo: los esfuerzos compensan. Sino, mejor que no. Aunque eso sí, que vaya a vivir en un piso, no es una excusa: los perros no vienen de perrolandia.


Y, sí, el artículo se refiere a Pucca en pasado. El viernes fuimos de playas con ella y al volver, la atropellaron. Tras un día de jugar, comer tortilla, bañarse en el mar y disfrutar mucho. Debió morir en el acto. Estuvo menos de cinco minutos perdida. Quien la atropelló, no se paró. La dejaron allí tirada en medio de la carretera, de donde la recogió un amigo.

Era una perra muy buena, muy cariñosa, alegre, divertida, juguetona. Era nuestro perro, una parte de la família y el animal favorito de nuestra hija.

Estamos tristísimos. Ahora toca aprender a vivir sin ella. En un año y medio se había hecho un elemento indispensable en nuestras vidas. La vamos a echar mucho de menos.

Sé que la hicimos muy feliz; y ella a nosotros, más.


No vienen de perrolandia, pero espero que Pucca esté allí ahora.


En la imagen, Pucca con una camiseta, un día que yo me aburría... Siempre se dejaba hacer de todo sin rechistar.

17 comentarios:

  1. Luci....fíjate. que yo ya la echo de menos.un beso enorme!

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    1. Aquí ha quedado un hueco muy grande, pero hay que seguir... Un besote

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  2. También ladraba a javis con casco, y otro tipo de humanos con otros nombres, instinto de defensa hacia su ama y familia, un besazo enorme!!!

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  3. Lo siento mucho. Te mando mucho ánimo y sigue escribiendo que mola mucho tu blog.

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    1. Muchas gracias por todo. No dejaré de escribir, pero ahora habrá unos días de vacaciones. Se me hace duro pensar en escribir en su blog sin ella.

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  4. Yo, que nunca me han gustado los perros, que no habia entendido nunca el drama cuando alguien perdia una mascota, no puedo evitar q me salten las lagrimas cada vez q veo una foto de Pucca y pienso en lo feliz q has sido con ella y lo cariñosa y buena que era. Si existe perrolandia, seguro que es parecido a la vida q le distes.

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  5. Hay gente que no sabe tener animales. Se compran un perro porque de pequeño es bonito y luego cuando viene la responsabilidad, se deshacen de ellos

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    1. Yo no puedo comprender el deshacerse de un animal vivo con el que has planeado compartir tu tiempo... ¡Hay gente para todo! Un beso

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  6. Vanessa, de Mamás en apuros22 de agosto de 2013, 15:55

    Siento mucho lo de Pucca.... No había leído tu post antes porque con los peques todo el día en casa no tengo tiempo... me da mucha penita, de verdad... Mucho ánimo!!!! Escribir te servirá de terapia. Besos

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  7. Como te entiendo cuando hablas de ese hueco inmenso que dejan y como cuesta seguir, yo tenía una gato - perro, así calificada por mi amiga veterinaria, que dice que hay perros, gatos y gato - perro, que tienen lo bueno de los gatos y lo bueno de los perros, se apagó la semana pasada después de 18 años (sí, la gente dice que qué suerte tenerla tanto tiempo y es cierto pero el dolor también es de grande como los 18 años). Me ha encantado tu artículo aunque estoy llorando otra vez, pero estoy segura de que Pucca fue inmensamente feliz formando parte de vuestra familia

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    1. Muchas gracias por la lectura y el comentario.

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    2. Siento mucho tu pérdida. ¡18 años! Debe ser muy triste. Un beso muy fuerte y mucho ánimo.

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    3. Muchas gracias por los ánimos, el beso y por tu blog que es GENIAL (sí, con mayúsculas, no es para menos)

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    4. Jo, muchas gracias. Me alegro que te guste. Un beso.

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