Mientras estudiaba la carrera universitaria, tuve varios trabajos.
Uno de ellos fue ser teleoperadora de asistencia en carretera para un gran "club automovilístico" catalán.
Aquello era un nido de anécdotas, recuerdo pocas, pero hay algo de lo que no me olvido:
Era un día de mucho trabajo y tráfico. Debían ser las nueve de la mañana. Un lunes o un martes (tras un puente).
Me entró una llamada de un "socio" al que se le había averiado el coche dentro de un túnel de una vía rápida y principal. Mis padres viven cerca y la conozco.
Activé el aviso. Debían quedarse junto al coche y esperar a la grúa. El señor me pidió un taxi. Me explicó que su mujer tenía cáncer y que iban los dos ese día a hacer la primera sesión de radioterapia y estaban muy nerviosos.
Esa posibilidad no la tenía cubierta y el acceso estaba atascado, ningún taxi iba a poder llegar hasta ellos. Pregunté a mi coordinadora y me dijo que no, que le dijera que sentíamos mucho la situación, pero que era una prestación no cubierta. Le recomendé