LaBebé va en el asiento de atrás (como es mandado), pero si hay otro adulto o ser vivo que acompañe, también debe hacerlo, ¿por qué? Ahora os cuento.
Pucca viajaba en mi Aygo en el asiento de atrás, estirada y con arnés y cinturón adaptado para perros como está recomendado. Sólo deben ir en maletero si éste tiene red o barrera que les impida el acceso a los asientos delanteros. Peggy también lo usa.
Os pongo en situación:
7:30 AM. 4 de enero. Barcelona. Coche cargado, laÀviayelAbuelo despidiéndose, también ha bajado el Yayo. Hoy volvemos a Gijón tras dos semanas de vacaciones navideñas.
Decido colocar a Peggy a los pies del asiento del copiloto ya que algún adulto irá detrás con laBebé hasta que se duerma. Le pongo arnés, cinturón y lo engancho.
Me toca conducir el primer tramo. ElPapá dice que mejor se coloca junto a mí. La niña ya se ha dormido. Se sienta en el asiento y se dispone a ponerse su cinturón. Intenta sacar el otro, no sale. Se ha atascado. Aprieta, lo intenta, se enfada. Paramos. Lo intento por las buenas, malas y regulares, nada.
Debe volver al asiento de atrás donde no se reclina el asiento y su siesta no va a ser tan buena.
Además el coche no detecta el cinturón y cree que no hay nada puesto por lo que si nota peso en el asiento del copiloto, pita sin parar, cada vez más rápido y fuerte. Una suerte.
ElPapá suelta juramentos en contra de mi amor por los perros y su seguridad.
Final de la historia: el asiento aún está inutilizado a la espera de entrar en taller. Para que saquen el cinturón del perro. Nos va a costar dinero el detallito.
Así que si veis un vehículo ranchera con un señor al volante y una madre, perro y bebé detras, no es que seamos estirados y le tratemos de taxista, es que cuidamos mucho de la seguridad de los animales...
Así debería ir.
Me planteo esto para futuros viajes.
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